Empiezo mi autobiografía.
Unos nueve meses antes que naciera, posiblemente un siete de octubre, mis padres me estaban concibiendo, una rutina que se remonta a los inicios de la vida animal se acababa de repetir.
En noviembre estuve en un museo de Londres y ademas de ver un ratón escurridizo en el salón, había un trilobite, de millones de años, su cadaver contemplaba con orgullo el honor de ser vitrina en el emblemático y darwiniano museo.
Octubre de 1952, el año en que murió Eva Perón, mi padre era muy peronista, después hubo escepticismo y conoció a Eva e incluso a Perón que detuvo su vista en sus 25 años y elogió su belleza. Mi padre fue diputado con 24 años y fueron parte de las visitas casi turísticas que se hacían a la Capital para conocer a Perón y Evita.
El 7 de julio de 1953, a las siete de la madrugada, del mes siete, nació este 777. No tengo fotos del momento y de mi madre no me ha dicho nada. Vivíamos en Alvear, una aldea del sur de Mendoza donde un proyecto de regadío la había posibilitado para su poblamiento.