«De las leyes mas simples nacen infinitas maravillas.»
Mandelbrot,
En el primer año del curso Cómo escribir un libro en 30 días desarrollé el tema de los fractales, hacer una novela usando la geometría de los fractales.
La vida, mi vida podría ser vista como un fractal desplegado en el tiempo, no en el espacio o si también en el espacio, pero mejor ahora el tiempo, entonces me imagino que cada ciclo de vida, no se cuatro años o algo así, luego los años, luego los meses, los dias, las horas, los minutos y los segundos o instantes de vida, las microescenas de nuestra vida como una mirada, un pedir permiso, el inicio de una risa, ponerse colorado, darse vuelta ante una llamada, escuchar el timbre, una aspiración, ver una bandada precipitada de pájaros manchando la tarde.
Es esto maravilloso pero tambien ominoso, saber que cualquier cosa que estamos haciendo al final del fractal, en lo más pequeño está sometida a esa ley tan simple.
De la imagen que pegué de un fractal, lo más terrible es la eterna recurrencia, la iteración de esta y la forma en realidad de cómo escapar de esta mierda de los fractales.
Gurdjieff decía que el mundo era una máquina hipnótica para que no supiéramos que vamos al matadero y toda su enseñanza que leí por primera vez a los 17 años habla de un camino que no es comunitario como el de las religiones sino para unos pocos dado que siendo así la naturaleza o ese dios carnicero hace la «vista gorda».