Fecha incierta, entre el 2011 y 2012
1. Un yo o algo que pierde segundo a segundo su continuidad, multiplicidad de pequeños yo que impiden saber si existe algo permanente, real, pero no, no, no pretendo un yo, un gran yo, permanente, un yo que se hace cargo del carro, acaso eso es algo muy aburrido, tedioso, más de lo mismo.
2. A lo que me refiero es obtener, aunque sea por medio de la literatura, un yo de punta a punta, de la página uno a la doscientos o quinientos, si mi estilo se parece las novelas maratónicas de Murakami.
3. Se trata de ir bajando ( o subiendo, caminando, corriendo) ai fondo de la ingrávida realidad, sin olvidar el hilo, creo que de Circe, la soga que me une a la nave nodriza, como el astronauta de la película 2001.
4. ¿Acaso fue *** aquel que le metió seis disparos, a quemarropa, al asesino de su hermano, quien me metió esa preocupación por nuestro avanzar cada vez más fragmentado?, como las balas de perdigones, el yo sale siendo uno y termina,
metro a metro, convirtiéndose en centenares de yoes cada uno con su propósito y desentendiéndose de las otras «almitas».
5. Aquí sigo, tal vez creo ser el mismo que arrancó en el primer párrafo, por lo que por tal motivo y para no seguir perdido voy a enumerar los párrafos, si se me permite hacer eso en una novela, en el caso que esto sea una novela.
6. Son las 20:42, persisto en esta idea de no perder ai yo que empezó en el párrafo 1, sigo releyendo y debo aclarar el párrafo 4, a un comentario que hizo Benetti, el sábado pasado, cuando en un bar de la calle Vicente Zapata, dijo que cada día estaba más
. convencido que la vida es ilusoria, no recuerdo bien si dijo eso, sí dijo que no tenía como probar que el mundo no era real. Silenius se quedó mirándolo, como una Cobra cautivada, yo no dije nada, por el momento, luego le sugerí que procediera como los detectives, que buscara pruebas a su afirmación. Le pareció muy buena mi idea.
7. Cuando salí del bar, mejor dicho a los tres o cuatro días, me pregunté por qué no había profundizado en su afirmación, por qué no preguntarle en vez del silencio, que siguió y a los veinte minutos estábamos saliendo del bar.
8. Hablando con Yésica, ella mencionó que parece que las sesiones, se refería a la que había tenido esa mañana, mientras comíamos unos fideos con una salsa de atún, que las sesiones se cortan cuando aparece lo real y no a los 45 minutos. Lo real, to real, de eso se trata pensé y se lo dije, que en la conversación con Benetti, que decía que todo era ficticio, no real, tal vez, no era porque no existiera lo real, sino porque una neblina obtura, oculta, deforma lo real, algo así le dije, pero que en el caso de Benetti la cosa es un poco distinta. Ni yo entendí bien lo que quise decir, si se que de ese comentario me fui a otro, !e conté que la Batea, mi jefa, hoy hablaba, en la oficina de al lado, contaba una anécdota, no podía escuchar bien, lo fue mejor, me quedaba con sus tonos de vos, y ciertas palabras fuertes como el ministro, e! gobernador y después la musicalidad de sus palabras, sus frases, pero ¿Qué quiere demostrar ella?,¿de que hablamos cuando hablamos en el trabajo, más si soy la jefa?, en el ritual estaban las risas de los empleados y comentarios que no alcanzaba a entender.
9. ¿Tiene algo que ver lo irreal de lo real de Benetti, con los cortes de sesión de Yesica y los comentarios de Batea o Bidet?, sí, claro, es evidente, ¿nó?
No se si tomarlo en serio, no se si todo es una habil retórica garcía marquesiana, borgiana o poundiana. No s, no se si me comentario es serio. Es que todo da risa.