Si Cristo con solo 33 años creo la religión mas próspera de la especie humana, con dos mil años sobreviviendo a todo, qué queda de mi con el doble de su edad, sin haber padecido maderos, vinagre en mi sed, panes multiplicados, leprosos, resucitados por doquier, solo hubo la gratitud de un Lázaro que no tuvo una segunda oportunidad, a pesar de que esa segunda muerte fue mas tranquilo, esperando de nuevo lo mismo, pero no sabemos, no sabemos qué pasó.
Si yo entonces ando diciendo que es patética la gente que llegada a cierta edad se pone cursi y se pregunta por el pasado y lo nostalgea.
Entonce, como Wagner, como ese que ahora lee a Santo Thomas, como esos siloistas haciendo imposicion de manos y leyendo el Angelus cuando se murio el serpentario mayor, entonces si en mi lengua sale, escuchen sale:
DEBE HABER OTRO MUNDO
DEBE HABER OTRA VIDA
Si me oyen, eso, corten mi lengua y arrojensela frita a los monos de algún zoo de Berlin, donde estuve en enero de 1991, cuando estudié en Szczecin, fui con una arquitecta santiagueña que no dejaba de sacar foto mas foto y escapo horrorizada de Szczecin, que no podía creer que pudiera haber una ciudad más fea que Szczecin y se fue y me dejo una cinta con Soda Stereo, esa del angel en las ruinas, un homenaje a una película de ese tiempo.